Titi: Le escribo desde Bridgeport, “el Puerto de las Oportunidades,” donde un señor de apellido Newton no puede quejarse pues entra y sale de la cárcel por hacer cosas fraudulentas en las elecciones, sale del condominio con rejas como dice Don Felo, y lo siguen eligiendo. En esto se parece “al otro” de Washington a quien le ayudan los rusos y los defiende.
Aprovechamos la oportunidad de saludar el regreso del señor Limeres a las páginas de este semanario que no se compra ni se vende. Es bueno que nos escriba desde la Isla del Encanto porque así nos cuenta como van las cosas por allá por San German y en sus alrededores, además de contarnos lo de la intensidad de los sismos terráqueos y políticos.
Sin embargo, y a pesar de las pillerías en esta ciudad, somos optimistas y esperamos que algún día nuestra ciudad Bridgeport tenga un puerto y políticos decentes porque cuando vamos a Long Island a ver a mi tía Flora, pensamos lo que dice la plena donde cortaron a Elena, “eso daba pena, ganas de llorar.” Es deprimente la salida y la llegada al embarque del ferry pues hay matorrales y no hay una senda clara como le pasaba al pobre Dante en la Divina Comedia escrita según mi esposo alrededor del año 1300.
Estamos casados con mi conyugue por 480 meses, seis semanas y dos días, y aunque nos maltrimoniamos cuando teníamos 22 pepas, nos mantenemos bien, vamos a todas las citas médicas, y estamos muy contentos porque todos nuestros hijos están ya lejos de la casa y haciendo sus vidas de un modo sano e independiente, pero sufriendo todas las dificultades que nos presenta la actual economía que viene chavada por las decisiones instintivas del señor presidente que nos llevarían a la recesión económica que aplaudirán los rusos.
Yendo al punto como decía un dermatólogo quien también le estiraba la cara a la gente con más arrugas que un acordeón, deseo me ilumine con respecto a la relación con mi esposo. Este hombre ha ingerido un jarabe afrodisiaco marca “Dromedario,” que le recomendaron unos árabes de la estación de servicios Shell, y después de una semana de diarreas, se ha recuperado y ahora mira de un modo obsceno a las nenas de 18 años, se cree mamito, se dejó un rabo de yegua en la parte posterior del cráneo como un pintor, y piensa que es un adolescente de 16, pero con más canas que Bernie quien no se las pinta.
A Sinforoso al que en el seno del hogar le llamo Sinfo, le encanta ahora vestir con pantalones de cuero apretado en el área del paquete, y se mete en las fiestas de unos muchachos dominicanos para bailar ritmos como el “merengue contacto 007” con unas tipas desvergonzadas de esas que se le pegan de un modo agresivo a los viejolos despistados y mueven las nalgas como la JLo. Lo que quieren es quedárseles con la pensión y el seguro de vida.
Yo lo dejo que haga todas esas cosas porque como el “gallito ya no pica,” lo que hace son monerías y changuerías sin destino ni horizontes existenciales constructivos.
El otro día fue al cumpleaños de la hijita de un primo del compadre, se dio dos tragos de pitorro legal que mezclo con cerveza Medallón y llegó a la casa con una tremenda nota, palpitaciones, y un desgarro en el talón de Aquiles pues se entusiasmó mucho demasiado bailando salsa retro y el tema “Despacito.”
Le tomé pa’rapido la presión arterial y la tenía en 100 sobre 190 con el pulso en 93. Lo lleve de inmediato a emergencia al Hospital de Bridgeport donde después de seis horas de exámenes y escanear le encontraron los triglicéridos más desorganizados que un desfile de gatos, el colesterol más alto que el precio de un galón de leche, y la posibilidad de que el motorcito, también llamado corazón, se le agite de una forma intensa debido a una posible prediabetes por el consumo de alcohol, o unos problemas que no se habían detectados de las tiroides. ¿Como la ve?
Comenzó a tomar los ocho medicamentos que le prescribió el matasanos, pero ahora los dejó y continúa con sus fiestecitas y usando una motocicleta que le ha comprado a un compadre que se fue a Ponce sin importarle los terremotos ya que aquí no soportaba el frío. Ahora Sinfo se queja de un dolor a la cintura y no le caen muy bien la morcilla ni el bacalao que comía constantemente con yautía, ñame, cebolla fina y aceite de oliva resbaloso.
Personalmente, he asumido mi edad y el hecho de que ya no soy una Shakira, pero mi esposo no quiere entender que ya es un Medicare graduado, que se ve mal con el pelo largo, cargando mucha cadena y prendas, y calándose una gorra de capitán de yate que no le protege del frio y le hace parecer como un vendedor de piraguas.
¿Cómo lo puedo convencer para que acepte lo que es el paso irremediable del tiempo que nos trae las canas, las arrugas, la descolocación de la piel, el reuma, y los bastones?
Agradeceré su respuesta y espero que se lo pasen bien.
Sinceramente,
Luisa
Respuesta
Querida Luchita,
En tu Emilio hay mas materia que en un nacido en el cogote. Lo noto porque es mas obvio que una arruga en la boca y encomio tus preocupaciones políticas cuestión que es una moda entre personas intelectuales como nosotras y de las otras. ¿Eres por causalidad poetiza o analista política como se hacen llamar algunos?
Abriéndote mi corazón, a mí también me preocupa el puertecito de Bridgeport porque allí no se huele el aroma de la naturaleza ni del mar, y por las noches debido al humo y los tóxicos provenientes de Nueva Jersey, no es posible observar cómo titilan azules los astros a lo lejos.
Mija, aceptar el paso del tiempo no es fácil y muchos poetas, músicos, locos, reporteros, periodistas, arqueólogos deprimidos, teólogos iluminados, charlatanes con licencia, columnistas, editores, dibujantes, filósofos y tostados, meditan diariamente acerca de este hecho inevitable y frente al cual somos seres impotentes. Ya ves lo que sucede con el presidente que en realidad esta calvo, pero tiene una peluca implantada inventada en Rusia. Sin embargo, si sabemos dos cosas.Una de ellas es que los seres humanos somos los unos a los otros muy parecidos pero muy diferentes, y la otra cosa es que debemos hablar de la vejez orgánica, y la espiritual.En otras palabras, a un señor ya pensionado le puede estar fallando el esqueleto, pero espiritualmente se siente joven y desea jugar Rugby.
A diferencia tuya que eres mesurada y medida, tu esposo Sinfo es uno de esos tipos que se siente emocionalmente joven y rehúsan excluirse de ciertos aspectos de la vida propios de la juventud tales como bailongos, polladas y vacilones con la luz apagada como en Casonas.Seguramente no le caen bien y detesta los Centros de Adultos Mayores, aunque les reciban con música salsa y desayuno, y se nota que desea estar aun en contacto vivo y directo con nueva generación lo cual no es malo, y para él, bailar “merengue con glue” le ayuda en ésta auto terapia de la afirmación de nuestra existencia que es más breve que un eructo de baby; y dónde nos preguntamos: ¿cuál es el significado de la viday que somos en el cosmos?
Lamentablemente el cuerpo humano es tan frágil como un ojo de vidrio y los órganos se van agotando, poniendo así límites insalvables a lo que nos pide nuestro espíritu y el instinto innato al vacilón en el matre. ¿Recuerdas esa canción, “el hombre es como un auto y hay que saberlo manejar?”En esa estamos.
Te diría que hables con sus médicos para que le insistan en lo de las medicinas y prohibirles que tome tónicos excitadores o alucinógenos árabes, pero déjalo ir a fiestas, pasear en moto y vestirse como le de el gusto y gana, salvo que quiera practicar el nudismo en la calle Main en New Haven. En este último caso, lo llevas de inmediato a la Unidad Siquiatra de la Universidad de Yale donde se atiende Newton.Sinfo ya está jubilado y lo que haga no importa demasiado salvo que comience a tomarle fotos a escondidas a las nenas en el mall y en los cuartos donde las muchachas se prueban la ropa; o comience a responder los saludos de las mujeres ardientes que cobran por hora. Huyyy.
Luisa que lo pases bien y vigila de todos modos a tu esposo mira que el Viagra hace milagros y el gallito vuelve a cantar.Ahora hay nenas a las que les gusta experimentar cosas nuevas con figuras paternas, aunque se parezcan a Bernie.
La tía Julia
Comentarios a los Consejos de la Tía Julia.
A mi no me gustan las gringas y prefiero a las muchachas de Puerto Rico, aunque también me gustan los muchachos cubanos con el color de la noche sobre la piel por lo del paquete. Muchas gracias. Ruth de Springfield.