Tía Julia, Le escribo desde este hermoso pueblo llamado Newington, vecino a la ciudad capital de este bello Estado. A mi prima Latikia quien nos visitaba desde Brooklyn, se le había ocurrido la idea de ir a uno de estos cines “de lujo” de los cuales yo había escuchado, pero donde no me había atrevido ni siquiera asomarme pues está en Blue Back Square, West Hartford, donde cobran estacionamiento a las dos de la mañana.
Aunque sabía lo que había, fuimos en un grupo familiar con motivo de las fiestas de fin de año recién pasadas y debido a esto, he quedado sin crédito en la tarjetita de dinero plástico esa de “pan hoy y hambre mañana.”
Nos habían contado acerca de este tipo de cines distintos y novedosos pertenecientes a una cadena de salas de una red mexicana en los cuales sirven comidas y tragos al público lo cual no es gratis. Eso lo descubrimos cuando entramos a la sala donde había un fuerte olor a nachos con queso y alcohol.
Fíjese usted tía que ya a la entrada de la sala donde proyectan la película, se huele el olor a pollo, pizzas, carnes, jalapeños, hamburguesas y otras cosas que aparecen en el menú. Los asientos son reclinables como en la sección de primera clase de los Delta, pero yo enseguida me sentí incomodo porque tengo las piernas y el tronco del cuerpo mas bien cortos por lo cual en la mitad de la película Star Wars me vi obligado a salir y descansar en una silla normal de la elegante sala de ingreso al sitio de los hechos.
Allí pude observar un tremendo bar donde sirven por otros dólares más cualquier tipo de tragos, incluido el Vodka Putanesko. Pensando que podía ahorrar mientras descansaba la esparda, pedí solamente un refresco y una muchacha con aspecto de sabida me ha cobrado sin arrugársele la faz, $8,50 centavos y parece que deseaba propina.
Como haciendo burla, de vez en cuando pasaba un tipo gordiflón con una cajita dorada ofreciendo bombones de chocolate gratis diciendo “Happy Holidays, and please accept this gift.”
Después de descansar y observar como en el bar de la entrada la gente se daba el palo con esmero y como si el mundo se fuera a acabar como dicen los evangélicos; regrese al asiento para seguir sufriendo con una película con escenas repetidas y ridículos animales interplanetarios. Pero esto no fue nada.
Como yo había invitado a los visitantes (error grande), tuve que pagar la entrada que para los cuatro fueron $57 dólares con 67 centavos, además de dos porciones grandes de pop-corn y cuatro refrescos a 8 dólares cada uno.En total, la invitación me salió por más de 90 billetes ya que ni los dos primos ni la primita hicieron ademan de ayudarme.Tía, yo trabajo en Walmart, tengo un part-time en DD y usted sabe que allí no pagan mucho, sino muy poco.
La cuestión fue que, a diferencia de otros cines normales, usted pide lo que desea saborear o libar a unas personas mas bien bajitas o bajitos vestidos de negro que llegan hasta usted con la carta o menú, como dice un amigo mío a quien llamamos güero ya que es más pálido que un cartero en temporada de invierno.
Como era de esperar, mis primos leyeron la carta y pidieron más platos de nachos con queso, hot-dogs, una selección de papas fritas y hasta bebidas alcohólicas. Mi primo Lino pidió pa’seguida una cuba libre, la prima un vodka, Pichón por su parte un vino rojo, y yo solamente agua porque previne lo que venía.
Ahora ya en el 2020, estoy con los bolsillos tan vacíos como el conocimiento del presidente Trump acerca de bioquímica. Lo que mas me enturbia el pensamiento es la actitud de los primos y de la prima quienes, aunque trabajan se hacen los desentendidos. Comencé el año con dolor de espalda por la incomodidad de los asientos y un amigo me recomendó que fuese al médico por si acaso tenía una vértebra corrida o un disco gastado y quizás podía demandar.
He comenzado el primer año de la tercera década de este siglo con un déficit de $300 dólares en la tarjeta y unos dinerillos de la cuenta de ahorros se fueron como burbujas.Mi pregunta para usted tía, es si en su sabia y honesta opinión me están cogiendo de bobo y debiera ponerme tacaño, mezquino y avaro, y no invitar a nadie ni a un DD que también están aumentando los precios, pero no nos aumentan el triste salario de 11 dólares la hora.Estaba pensando buscar una novia en este 2020, pero con esta pasada experiencia no deseo quedar en vergüenza por falta de recursos financieros.
Al menos tía ya no tenemos que escuchar la música navideña ni la Feliz Navidad que me tenía un lado hinchado. Para más amargar mi vida, ya estoy viendo en los CVS y en los supermercados, los corazones de San Valentín, y mami ya me dijo que los primos piensan visitarnos pronto. ¡Más gastos!
Tía, aun dentro de esta descripción trágica de mis experiencias de fin de año, deseo que tenga doce meses con buena salud y ojalá encuentre un novio generoso que pueda invitarla a cines lujosos.
Tony
Respuesta
¡Ay, Tony! Te compadezco desde el fondo de mi motorcito también llamado corazón por los malos ratos de la época de fiestas.
Enero es un mes del arrepentimiento total porque los estadounidenses caen en cuenta acerca de la forma certera, hábil y diestra utilizadas para embaucarlos en esta sociedad donde el ídolo es el consumo. Aunque me rijo por el principio griego que enuncia “no lloréis sobre la leche derramada,” refiriéndose a embarazos inesperados; desde Halloween, siguiendo por el Dia de Acción de Gracias, Christmas, y terminando con el Año Nuevo, la televisión, el Facebook, el Internet y los medios de comunicación social te están programando para gastar.
Fíjate solamente en los periódicos locales anglosajones en los cuales casi dos tercios de sus paginitas son cupones con los así llamados “cupones de descuentos.”
No sé si te habrás enterado de lo siguiente. Los expertos calculan que este fin de año pasado una persona de este país gasto un promedio de $920 dólares en regalos, obsequios, bebe latas, comelatas, comidas, viajes y otras acciones relacionadas con fiestas.Este promedio que se acerca a los 1,000 dólares ha aumentado desde el 2018 cuando el promedio de gastos fue de $885 billetes.
Por poner un ejemplo de cómo la epidemia del consumo de “cosas” nos apremia, analicemos la celebración de Navidad.Originalmente esta era una tradición religiosa, familiar en la cual el centro de atención era el pesebre y el retablo navideño.La tradición del arbolito se origina en Alemania cuando en los hospitales donde los soldados se recuperaban de sus heridas causadas en las batallas de la primera guerra, se instalaban modestos pinitos adornados con guirnaldas para animar a los convalecientes.
Esta idea humilde y tradicional llega a los Estados Unidos donde Christmas se transforma en un evento pagano con el famoso Santa Claus, sinónimo de regalos, y pinos adornados con luces y fanfarria bajo cuyas ramas se depositarán los regalos para los miembros de la familia.La idea original de carácter religioso relacionada con el nacimiento de Jesús se transforma así en un foco de gastos en juguetes caros y joyas.
Los magos del consumo nos han programado para gastar en disfraces de Halloween, fiestas, la comelata del Dia de Acción de Gracias, los productos electrónicos, plasmas gigantescos, joyas y certificaditos de regalos como los de los DD, gasolineras, Barnard and Noble, y otros para que gastemos los chavos.
Te digo esto con todo respeto para demostrarte que no eres solamente tu quien sufre en estos días donde las cuentas de ahorro se van a ajustes y comienzan a llegar las facturas dolorosas del dinero plástico.
Tony, es este el contexto global donde se da tu problema agravado por personas que tienen la mala costumbre de papear a costa de otros. La solución, según los entendidos y críticos del consumo, es tener un presupuesto mensual y ponerse duro, aunque por allí comenten que eres mas tacaño que el tipo que nunca fumaba para no botar la colilla del cigarrillo.
Tony, las cosas están difíciles, los precios suben y debes darte la tarea de vigilar tus chavitos como un propósito para este nuevo año.Tu mama debe controlar lo de las “visitas,” especialmente de aquellas que vienen, papean, no colaboran ni con las propinas y después que se van no envían ni siquiera un correo electrónico para dar las gracias.
Eso debe terminar y ayúdala a tomar estas decisiones porque caes en la del bondadoso y servicial pagando las cuentas.
Una de las resoluciones de todos los que no somos ricos ni incursionamos en la política es no usar dinero plástico sino real. Tenemos para sobrevivir, asignar una cantidad diaria de gastos, tomar conciencia del alza de los precios incluso en los DD en los cuales venden tes siniestros y bagels reciclados, evitar el consumir comida chatarra y especialmente, evitar las estaciones de servicio donde abundan los productos azucarados o tan salerosos como la Malagueña. Tony, piensa, medita, haz un presupuesto, acaba con las tarjetas, que otros compartan los gastos, incluidos el pago del motel, y trata de ahorrar porque en Estados Unidos todos vivimos de día en día sin pensar en el futuro.
Por mí no te preocupes porque en mi caso prefiero estar sola que mal acompañada y cuando se trata de divertirme, comparto los gastos, incluso aquellos. Felicidades a todos, salud y organización.
Tía Julia.
Comentarios a los Consejos de la Tía Julia.
En mi caso me cambio ropa interior todos los días y no solamente los domingos porque así me lo inculco mama.Por razones que desconozco, mi primo no hace lo mismo y aunque usa perfume se le nota.Ramoncito de Groton.