Por Thomas Breen
Juan Pablo Rojas Ceballos observa la habitación abierta que comparte con cuatro docenas de presos en un centro federal de detención de inmigrantes, y cree que es una fórmula para el desastre.
Las literas están separadas por apenas un metro. Hay siete mesas de cafetería atestadas en cada comida. Jabón tan diluido que se desliza por las manos como el agua. Y una pandemia que causa la mayor parte de los estragos en las habitaciones próximas e insalubres, esperando para entrar en su habitación.
Rojas Ceballos, un inmigrante colombiano de 21 años, ha pasado los últimos cuatro meses encerrado en la Unidad A de la Correccional del Condado de Bristol (BCHOC), en North Dartmouth, Massachusetts.
El 27 de marzo, la Worker & Immigrant Rights Advocacy Clinic (WIRAC) de la Facultad de Derecho de la Universidad de Yale, se unió a los Lawyers for Civil Rights (LCR) de Boston, y al Centro Brasileño del Trabajador para presentar una demanda colectiva contra el Sheriff del Condado de Bristol Thomas Hodgson, el Superintendente del Condado de Bristol Steven Souza, y altos funcionarios del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) y del Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security DHS). La demanda busca la liberación de Rojas Ceballos y la de otros detenidos antes de que Covid los atrape primero.
Esto se debería a la alegada proximidad en la que están viviendo confinados los reclusos, el suministro inadecuado de jabón, papel higiénico y otros suministros básicos de limpieza, la admisión de nuevos detenidos que no son sometidos a pruebas o exámenes adecuados para detectar el Covid-19, y la negativa del Gobierno, a liberar a los detenidos con afecciones médicas preexistentes y resultan ser singularmente vulnerables a ser afectados por el virus.
“Los reclamantes están sujetos a una inminente infección, enfermedad y muerte, debido a su situación de detención, quedando literalmente atrapados, sin una alternativa segura disponible para ellos. Una solución inmediata es necesaria, antes de que el coronavirus encienda el polvorín que es el BCHOC y se produzca un daño irreversible.
El Relacionador Público de la Región de Nueva Inglaterra del ICE, John Mohan, se negó a comentar sobre este artículo, citando la práctica de la oficina, de no hacer comentarios sobre los litigios pendientes.
Lo que sí hizo el funcionario fue remitir a The Independent, a la sección de preguntas frecuentes sobre el coronavirus de la página web del ICE. En la misma, se lee en parte: “La salud, el bienestar y la seguridad de los detenidos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE) es una de las mayores prioridades de la agencia. Desde el inicio de los informes sobre la enfermedad por virus coronarios de 2019 (COVID-19), los epidemiólogos del ICE, han estado dando seguimiento al brote epidémico, actualizando periódicamente los protocolos de prevención y control de infecciones, y emitiendo orientaciones al personal del Cuerpo de Servicios de Salud del ICE (IHSC), para la detección y el tratamiento de la posible exposición de los detenidos al virus”.
El caso estaba programado para ser escuchado este jueves por la tarde, por el juez federal William G. Young, de la Corte de Distrito de Massachusetts.
“Nuestro equipo, en cooperación con una fuerte red de abogados de inmigración, organizadores comunitarios y religiosos, y la valerosa organización de los inmigrantes detenidos en Bristol, están trabajando duro con la esperanza de asegurar su pronta liberación, antes de que este virus haga su entrada en el centro de detención”, dijo la estudiante de la Escuela de Derecho de Yale y pasante de WIRAC, Kayla Crowell, al Independent en un comunicado por correo electrónico.
Activistas locales por los derechos de los inmigrantes asociados con la Unidad Latina en Acción (ULA), se dirigieron hasta Hartford este jueves por la mañana, para expresar con bocinazos, al frente de las instalaciones del ICE, su respaldo a la solicitud de la liberación de los detenidos de Bristol.
Según una declaración de prensa, John Lugo de la ULA, expresó, “Sheriff Hodgson, es hora de que se aleje de estos grupos de odio y libere a nuestros vecinos y seres queridos. La vida de la gente está en juego”.
“Es solo una cuestión de tiempo”
En una entrevista telefónica del miércoles por la tarde con The Independent, Rojas Ceballos, quien lleva cuatro meses detenido en Bristol, y su esposa Alejandra, que vive en East Haven y trabaja como asistente médico, expresaron muchas de las mismas preocupaciones recogidas en la demanda.
Lo mismo dice una mujer de New Haven, que le dijo al Independent en otra entrevista telefónica del miércoles por la tarde, que su marido, residente de New Haven e inmigrante mexicano, ha estado detenido en Bristol durante los últimos siete meses.
Igual reclamo se manifiesta en un conjunto de peticiones y cartas, escritas por los detenidos de Bristol y proporcionadas al Independent, por la organizadora del Connecticut Bail Fund (Fondo de Fianzas de Connecticut), Vanesa Suárez, que ha estado en contacto regular con múltiples detenidos de Bristol antes, y ahora durante la demanda colectiva que se está abriendo paso en los tribunales.
“Estamos viviendo un momento muy estresante “, dijo Rojas Ceballos. “Nos enfrentamos a procesos de deportación e inmigración y a ser separados de nuestras familias, lo cual es un factor de estrés diario para nosotros los detenidos. Y ahora también nos enfrentamos a la epidemia de coronavirus”.
Dijo que las casi cuatro docenas de detenidos en la Unidad A, comparten el mismo espacio abierto, y duermen en literas separadas por no más de tres pies. Dijo que comen el desayuno, el almuerzo y la cena en el otro extremo del mismo edificio, donde sólo hay siete mesas constantemente llenas.
“Es prácticamente imposible para nosotros respetar el distanciamiento social aquí”, dijo. “Estamos muy apretados, durmiendo casi uno encima del otro”.
Además, dijo, “el jabón que nos dan para lavarnos las manos está muy diluido”. Describió el saneamiento del centro como “deficiente” y dice que la acumulación de polvo, hace que él y otros detenidos, se despierten por la noche tosiendo y estornudando.
Rojas Ceballos añadió que los detenidos tienen que rellenar una ficha médica si necesitan atención médica, y que esas fichas sólo se responden al día siguiente entre semana, y no hasta el lunes los fines de semana. Aclaró que todavía nadie en su unidad ha mostrado síntomas del virus. “Pero es una cuestión de tiempo
Alejandra dijo que ella y Rojas Ceballos tienen un niño de dos años. Y agregó que, aunque su marido no nació en este país, eso no significa que deba ser puesto en peligro durante una pandemia. “Los están tratando peor que a criminales, que a asesinos”.
“No hay ningún tipo de separación”
Preocupación similar, de que su pareja contrajera el nuevo coronavirus mientras estaba detenido, expresó la mujer de New Haven que habló con The Independent el miércoles, refiriéndose al encarcelamiento de su marido en Bristol.
“No tienen mascarillas, ni guantes, ni productos desinfectantes”, dijo ella en español, mientras Vanesa Suárez traducía. “Tienen que compartirlo todo. No hay ningún tipo de separación, y no hay manera de que puedan colocarse siguiendo la regla de distanciamiento de seis pies que se recomienda. El baño, la ducha, se comparte con todos los que están dentro”.
La mujer entrevistada en New Haven, dijo que sus tres hijos le preguntan con frecuencia cuándo volverán a ver a su padre. Dijo que su hijo mayor ha estado con problemas escolares y que sus notas han bajado desde que su marido fue detenido. “Le ha costado mucho bregar con sus sentimientos, con el dolor y la ira por lo que está pasando”.
Dijo que trabaja en un hotel de la zona, y que ha estado cumpliendo incluso cuando el virus sigue extendiéndose. “Ella teme que se está exponiendo y que podría enfermarse”, dijo Vanesa Suárez. Pero ella es el único sostén de la familia, ahora que su marido está encerrado”.
Piden la liberación
Juan Pablo Rojas Ceballos, Alejandra Rojas, Suárez, y la mujer de New Haven cuyo marido está detenido en Bristol, pidieron al ICE que no se limite solamente a proporcionar desinfectante para las manos y a tratar de separar más a los detenidos.
Consideran que, en cambio, el gobierno federal debería liberar a los detenidos por cuestiones de inmigración en Bristol.
Rojas Ceballos dijo, “sé que es difícil para ellos liberar a la gente. Pero no es imposible”.
Esa demanda, es similar a la que han estado haciendo los reformadores de la justicia penal locales y nacionales, que han subrayado los peligros singulares a los que se enfrentan las personas encarceladas durante esta pandemia.
Ese es también uno de los puntos clave de la demanda de la Yale Law School clinic.
De acuerdo con esta demanda, “ICE utiliza regularmente alternativas a la detención, para mantener bajo custodia y control a los no ciudadanos en los procedimientos de inmigración, como son la libertad supervisada, los monitores electrónicos de tobillo, el confinamiento en el hogar y la vigilancia telefónica”, dice la denuncia.
Los demandantes abogan por la liberación inmediata de los detenidos y el recurso a alternativas comunitarias, tales como la libertad condicional. Cualquier otra opción podría resultar mortal en las presentes circunstancias.