Surge la cuestión de si la teología puede hacer algo para ayudar durante la pandemia del coronavirus. Seguramente la fe cristiana junto a otras religiones puede hacer mucho para ayudar a afrontar esta crisis a varios niveles. La teología conecta con el esfuerzo de la fe y de la Iglesia para facilitar modelos e ideas que puedan iluminar el sentido cristiano de lo que ocurre en la referencia a un Dios salvador.
Tenemos cuatro claves, enraizadas en la tradición cristiana, que permiten leer estos tiempos difíciles de forma significativa, es decir, como signos de los tiempos reveladores para los creyentes.
Si la fe no está a la altura de las circunstancias para transmitir esperanza, consuelo y ánimos en estos momentos especiales, entonces queda deslegitimada. Algo parecido ocurre con la teología: si no es capaz de proveer un análisis y un discurso que pueda interpretar y dar sentido a estos ‘signos de los tiempos’, entonces se vuelve una reflexión estéril e inútil.
La teología tiene ante sí el reto de volverse un discurso mucho más atento a los signos de los tiempos y a las condiciones de su propio contexto para proveer análisis que ayuden a comprender situaciones difíciles como las que estamos atravesando, y para orientar las conciencias ante la gran incertidumbre que vivimos. Ahora más que nunca toca “dar razón de nuestra esperanza”.
Otras ideologías religiosas, concluyen que lo que ocurre se relaciona a un castigo divino por lo alejada que vive la humanidad de los preceptos y normas de Dios. Este virus, ha alcanzado en algunos países un nivel casi que incontrolable, saliéndose del manejo de las autoridades, como en Italia, España, Estados Unidos, y Brasil donde ya se contabilizan hasta mil fallecidos por día.
Esto a su vez, ha forzado a que varios gobernantes encomienden su nación a las manos de Dios, aceptando que sus capacidades humanas no son suficientes ante la pandemia.
De hecho, entiendo la tarea de la teología en este momento como una reflexión que asiste a nuestros contemporáneos a proyectar sentido en lo que acontece a partir de la referencia a un Dios que nos salva. Esas visiones son, tratando de plantear cierto orden:
La visión de que estamos en los tiempos del fin
La visión de una invitación a buscar a Dios
La visión del reciclaje: Muerte Y Resurrección
La visión de la visitación de Dios a nosotros
- La visión de que estamos en los tiempos del fin
El escenario apocalíptico apunta a la catástrofe, a la gran crisis que anticipa el final de los tiempos y a una gran regeneración última. Aparecen, claro está, los temas del castigo o de la corrección divina, temas en los que resuenan episodios del Antiguo Testamento y una mentalidad justiciera, pues Dios paga por las culpas y los delitos ya en esta vida, en la condición histórica, o bien aguarda a tiempos finales para hacer justicia ante sus elegidos. No es raro entonces que Dios se haya cansado de esta humanidad, que su ira explote y que nos corrija con una epidemia que obliga a replantear todas las certezas que habíamos adquirido, a reconocer todos los errores de estos años, a volvernos hacia Él.
- La visión de una invitación a buscar a Dios
La pandemia nos ofrece una ocasión única para activar una reflexión urgente ante la dudosa deriva que estaba asumiendo el mundo occidental. Desde un punto de vista de la psicología cognitiva el tema es claro: cuando las cosas se ponen mal, surge de forma espontánea la pregunta: ¿en qué hemos fallado? ¿qué hemos hecho mal para merecer esto? Ciertamente una mentalidad así puede ser entendida como ingenua, o de nuevo, una simple derivación de una mente que necesita identificar culpables o agentes del mal, también ante procesos naturales cuya culpabilidad no puede ser atribuida de forma inmediata.
No busca culpables, y no es esa la naturaleza del ‘signo de conversión’, sino qué oportunidad puede plantear una determinada crisis o mal histórico para cambiar y mejorar, lo que para nosotros implica volver a Dios, acoger su palabra; en otras palabras, cuál es la ventaja o beneficio, la lección que podemos extraer de algo tan negativo.
- La visión del reciclaje: Muerte Y Resurrección
Cristo nos invita a pensar que también los momentos más negativos de la existencia personal o colectiva se pueda dar paso a una vida nueva, más allá incluso de la muerte.
La clave escatológica es la primera: en sentido cristiano, la muerte física da paso a una vida nueva que anticipa la resurrección de Cristo, pero que está reservada a todos los que le siguen.
- La visión de la visitación de Dios a nosotros
La cuarta clave teológica sirve para dar sentido creyente a estos tiempos de prueba es la que nos invita a compartir y a asumir sea los dolores, sea los gestos de entrega a veces heroicos que observamos, como manifestación de la gracia de Dios, como presencia de su Espíritu que vive entre nosotros.
Se trata de una clave más reflexiva, que nace de una mirada capaz de percibir el don de Dios y su presencia misteriosa en los acontecimientos que vive la humanidad, tanto los positivos como los negativos.
Esta percepción se sitúa en el otro extremo respecto de la mentalidad apocalíptica: donde el apocalíptico ve degeneración y decadencia, el encarnado observa la obra de Dios, su amor presente en muchas formas; donde el primero ve sobre todo experiencias de pecado, el segundo percibe expresiones de la gracia; dónde el primero ve negatividad que invita a un final catastrófico de purificación, el segundo ve mucho amor y entrega, mucha esperanza.
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Las opiniones vertidas por Waldemar Gracia no reflejan la posición de la Voz Hispana. Nombres, lugares y circunstancias han sido alterados para proteger la identidad de los personajes citados en la historia.
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