Son las diez de la mañana y Karen Lighthouse espera a su prometido en el aeropuerto Lax de los Ángeles, California. Louis regresa de un periodo de seis meses de estudios e investigación en la prestigiosa Universidad de Wugan localizada en el corazón de la capital del mismo nombre y eje administrativo, político y social de la provincia de Hubei en China.
El novio de Karen ha llevado a cabo el largo viaje de 14 horas y nueve minutos sin escala desde el aeropuerto de Wugan al aeropuerto Lax, y Karen es uno de los cientos de personas esperando la llegada del avión el cual hizo un vuelo directo entre las dos ciudades por sobre el Océano Pacifico.
Para la muchacha con un doctorado en salud ambiental y microbiología, la separación de su prometido y colega ha sido prolongada y casi interminable, pero gracias a la nueva tecnología se mantuvo en contacto diario con Louis e incluso, después de pagar una tarifa especial de $850 dólares, pudo visitarlo en aquella exótica ciudad de 11 millones de habitantes.Después de este encuentro, ambos pensaron establecer un lugar en Wugan donde los jóvenes científicos podrían continuar estudios avanzados en epidemiologia.
Sin embargo, aunque feliz por el reencuentro, Karen espera con ansiedad la llegada de su novio debido al último texto recibido poco después del despegue del avión. “No me siento bien, tengo fiebre y dificultades para respirar.” Aunque ella había intentado comunicarse nuevamente, Karen no obtuvo ninguna respuesta.
Con la vista fija en el letrero luminoso anunciando las partidas y llegadas de aeronaves, Karen observa finalmente que el vuelo 3578 llegaría a la hora y eso la tranquiliza. Sin embargo, sigue preocupada pues el viaje de Louis estaba relacionado con el estudio de una serie de enfermedades respiratorias en ciudades con veranos húmedos en las que los focos de contagio eran mercados de ventas de mariscos y carnes.
También, la investigación del novio de Karen analiza varias coincidencias semejantes a lo que ha sucedido y sucede en otras ciudades afectadas por el brote de virus desconocidos para los cuales no existen por el momento antibióticos ni vacunas.
Una de las increíbles coincidencias es también el aumento creciente de precipitaciones fluviales acompañadas de inundaciones, catastróficos derrumbes en las montañas, y las elevadas temperaturas en el verano.
Por otra parte, los científicos de Wugan estaban analizando la concomitancia entre Metrópolis donde se llevaban a cabo profundas excavaciones en las cuales se habían también producido epidemias y potenciales pandemias.
“Al comienzo de la primera década de este siglo notamos la aparición repentina de virus hasta ahora desconocidos en proceso de mutación causantes de violentos brotes de MERS (Middle East Respiratory Syndrome), y el terrible SARS (Severe Axcute Respiratory Syndrome),” manifestaba el Dr. Karl Smith en un articulo publicado en la prestigiosa revista “Desafíos ambientales globales para las primeras décadas del siglo XXI,” que había inspirado el viaje de Louis a China, país usualmente foco de grandes epidemias y por lo mismo un magneto de conocimiento para los científicos.
“La pandemia del Flu Asiático que recorrió el planeta entre los años 1957-1958 produjo en el planeta una cantidad estimada entre un millón y dos millones de vidas, mientras el Flu de Hong-Kong surgido en los años 1968-1969 causa una cantidad de muertos estimado también en un millón,” afirmaba el estudio que Karen lee mientras espera la salida de los pasajeros.Repentinamente escucha por los poderosos altoparlantes un anuncio en los idioma inglés, chino y mandarín.
“Señorita Karen Lighhouse presentarse por favor en la sección B del aeropuerto lo antes posible.”
Se dirigió entonces con rapidez al sitio mencionado temiendo algo grave.El texto enviado por su prometido le producía ahora una intensa preocupación.
Al llegar vio a la entrada de la sección B la presencia de policías y personal con batas blancas y mascarillas. Le solicitaron su identificación y una funcionaria en una oficina lateral le pregunta cuál es su relación con el Dr. Louis Castelló y cuando le vio o tuvo contacto con él por última vez.
Algo molesta por este tipo de cuestionamientos, Karen responde de un modo reticente que es la prometida de Castelló y que lo vio en octubre de 2019, cuando había visitado Wuhan, China.“Por lo demás soy la Dra. Lighthouse,” añade sintiendo que la ansiedad y una desazón interior la iba invadiendo.
“Perdone la inconveniencia doctora, pero deberá acompañarnos para darle más información acerca de su prometido. El está ahora en un área reservada de cuido intensivo para viajeros provenientes de Wuhan y aislados por las autoridades en un periodo de cuarentena,” añade otra funcionaria quien le acompaña a una oficina donde le proveen un traje de color blanco con una capucha que solamente le deja ver sus ojos.“Me siento como astronauta,” confiaría con su hermana con la cual se comunicó a través de su celular antes de que se lo requisaran. Un elevador en cuyo interior hay dos guardias armados, Karen baja a un sector desde donde la transportan en un vehículo ovalado hacia un edificio gris situado a no menos de diez millas del aeropuerto.
Han ingresado a la estructura también custodiada por centinelas y a un enorme salón con plasmas donde pudo observar una cama conectada a complejos aparatos respiratorios. Desde allí logra divisar a Louis y este a ella. Louis ha comprendido la señal que con sus brazos Karen ha hecho para identificarse desde la distancia. Ambos habían desarrollado con los años un sistema de comunicación para casos de emergencia, en un comienzo con tonos sensuales, pero que posteriormente serviría para otros propósitos.
Mientras tanto en la Central de Control de Enfermedades del Gobierno Federal los especialistas se miran entre si analizando las proyecciones de la posibilidad de una enorme pandemia. El doctor Fitchner va a comunicarse con las autoridades de gobierno para solicitar una medida que le hacia recordar un 11 de septiembre de 2001 cuando por temor a otros actos terroristas provocado por terroristas, cesaron los vuelos de salida o entrada a los aeropuertos de Estados Unidos.
Fue el día en que la atmósfera del país estuvo más limpia que nunca informaban los periódicos.
“Con la rapidez de las comunicaciones, viajes acelerados entre continentes y la rapidez de expansión de este nuevo virus, no nos resta otra posibilidad, sino que el cierre inmediato de aeropuertos, puertos y vías transportación terrestre en el país por un periodo indefinido. Este tipo de Coronavirus nos lleva aceleradamente a pandemias equivalentes a las que asolaron al mundo en la Edad Media,” dijo el experto.
“Dr. Fitchner, pero esto significaría un desastre financiero para la economía global,” afirma otro de los expertos.
“Lamentablemente Dr. Cavieres, la potencial desaparición de la especie humana y de nuestra civilización está en juego y sin nosotros; de que sirve preocuparse de la economía, la bolsa de comercio, ¿las ganancias de las líneas aéreas y el intercambio de bienes?” dice el científico informando que ese momento el virus se ha esparcido aceleradamente en Tailandia, Japón, Taiwán, Filipinas, Hawaii, Corea del Sur, Perú, Canadá y los Estados Unidos. Pálido y tembloroso ha pulsado finalmente un botón verde de la funesta alarma E10.
Karen, como muchos que esperaban la llegada de vuelos están ahora recluidos en el área de observación Alfa y para ella como para otros miles en los aeropuertos franceses, ingleses, italianos, alemanes y australianos, su destino y el de su prometido Louis es ahora algo impredecible.